Algunos beneficios de la práctica del Judo en las personas con deficiencia visual y ceguera.

Postura corporal.

El concepto de una postura correcta está relacionado a la verticalidad simétrica del cuerpo, a la liviandad y libertad de los movimientos coordinados y armónicos, tendientes a la eficacia funcional y la estética corporal para prevenir efectos negativos que podrían llegar a limitar las funciones normales del individuo.
Las personas deficientes visuales presentan por lo general determinadas características físicas diferentes a las personas videntes, producto de defectos postulares que ocasionan con el tiempo efectos negativos en su aspecto fisiológico y retardo en la motricidad y coordinación.

Estas determinadas características físicas pueden acentuarse en mayor o menor grado según se trate de personas que padezcan de ceguera total o una baja visión pronunciada, pero también dentro de ellas la edad, el tiempo de padecimiento de la deficiencia, si la misma tiene un origen congénito o ha sido provocada por causas sobrevinientes

La mala postura y los defectos posturales afectan el andar eficiente, equilibrio, ritmo y coordinación, la sensación de libertad y liviandad, pero también el aspecto estético corporal, asociado al concepto de verticalidad.

Las personas deficientes visuales presentan características físicas determinadas producto de una postura inapropiada. Generalmente sus hombros y cuello se encuentran recogidos. Se puede observar también una leve inclinación de la cabeza hacia adelante y hombros desalineados.

Puede observarse también una inclinación pélvica, espalda arqueada, el pecho hundido, profusión abdominal, rodillas flexionadas, pie plano con inclinación de los dedos de los pies hacia fuera y arrastrando.
Sus piernas presentan una abertura superior a las personas videntes procurando una mayor base de sustentación acercándolo al suelo adaptando su centro de gravedad.

Estas características físicas van acompañadas además, de una acentuada contracción de la masa muscular, acortamiento de los músculos e hipotrofia, principalmente en los flexores de la cadera y rodillas (bíceps femorales); y en los extensores de la espalda provocando falta de balance muscular dorsal-lumbar.
La capacidad pulmonar también es menor que en las personas videntes debido a una respiración con ciclos respiratorios cortos, con un menor consumo máximo de oxigeno tendiente a la fatiga, determinando una mayor frecuencia cardiaca.

La permanente contracción muscular también contribuye al aumento de la frecuencia y dificulta la circulación sanguínea provocando además dolores musculares, principalmente en cuello y espalda.

La curvatura de la espalda puede actuar como desencadenante de una condición artrítica preexistente.
La imposibilidad de recepcionar información visual respecto del entorno, características del suelo e ubicación de los objetos, alienta estados de ansiedad y depresión en las personas deficientes visuales obligando a maximizar la agudeza de los demás sentidos.

La práctica de deportes para las personas deficientes visuales constituye una herramienta invalorable en el proceso de educación y rehabilitación, que podrá mejorar y corregir defectos posturales evitando en el futuro los efectos negativos enunciados, procurando a la persona una sensación de bienestar.

La dedicación y constancia en la práctica de deportes podrá traducirse en múltiples beneficios como ser; mejora de sus capacidades motrices, fortalecimiento, elasticidad y relajación de los músculos, aumento de la capacidad pulmonar, aumento de la oxigenación, mejoras en el proceso de circulación de la sangre, disminución del miedo y la ansiedad, entre otros, dotando a la persona de una mejora en su calidad de vida y aumentando las condiciones físicas y psicológicas para una mayor autonomía funcional.

Orientación y movilidad

El concepto de entrenamiento en orientación y movilidad tiene su origen al término de la Segunda Guerra Mundial, cuando comenzaron a desarrollarse técnicas de aprendizaje para ayudar a veteranos de guerra que habían perdido la vista en combate.

Posteriormente en la década de los sesenta las universidades comenzaron a desarrollar programas de entrenamiento dirigidos a especializar personas en orientación y movilidad para el trabajo en adultos y niños en edad escolar.

En el presente y con el objeto de ayudar al sector más joven, los especialistas en orientación y movilidad vienen desarrollando estrategias y técnicas para comenzar a enseñar orientación y movilidad desde la infancia.

El entrenamiento en Orientación y Movilidad en personas deficientes visuales tiene por objeto ayudar a la persona a darse cuenta donde esta y hacia donde desea ir (Orientación). Lo ayuda también a desarrollar y ejecutar su esquema de movimientos para llegar a donde quiere ir (Movilidad).
El aprendizaje y desarrollo de las habilidades de orientación y movilidad, debe inclinarse en la infancia concientizando al niño de su cuerpo y movimientos, continuando de manera ininterrumpida hasta la edad adulta, cuando haya alcanzado desarrollar habilidades que le permitan alcanzar una mayor autonomía funcional.

El movimiento es el elemento básico en el proceso de aprendizaje. Cuando el niño comienza a descubrir el mundo y tiene contacto físico con él, es cuando el aprendizaje recién comienza. Para los niños que padecen de deficiencia visual, el mundo puede presentarse como desconcertante e impredecible o directamente carecer de motivación. Por ello se hace necesario animarlos a conocer y explorar su medioambiente por sí mismos.

El ochenta por ciento de la información que recibimos a diario es recepcionada a través de la vista y de manera automática e inconsciente transportada al cerebro. Las personas deficientes visuales al carecer del sentido de la vista como medio de información deben potencializar y desarrollar otros sentido.
Para ello los planes de entrenamiento en los programas de orientación y movilidad para niños, están dirigidos a una profunda concientización de los sentidos para la obtención de información por medio del tacto, oído, olfato y la auto-percepción.

Es necesario ofrecerle al niño una instrucción sistemática para desarrollar sus otros sentidos con el objetivo de que los pueda utilizar para transportarse y encontrar los objetos en su medio ambiente.
Debe aprender que puede utilizar los sonidos, aromas y texturas como elementos de referencia para saber dónde se encuentra.

Es muy importante que aprendan a interpretar la información que reciben, pues por medio del olfato podrá distinguir la diferencia de olores entre la cocina o el baño.

El oído también proporciona importante información. Conocimiento y la intensidad de los ruidos o voces brindan también el reconocimiento de un lugar o la presencia de una persona mediante el reconocimiento de su voz. Combinando la información recibida por el olfato y el oído el niño podrá por ejemplo a través del olor de la comida y la voz de su madre, saber que su mama se encuentra en la cocina.

El tacto nos proporciona también información importante aunque no estemos conscientes de el lo;textura, dureza, sensación térmica constituyen características básicas para la identificación de un objeto. Por medio del tacto el niño podrá identificar los objetos como por ejemplo un juguete.

Es importante que el niño conozca la relación de los objetos con el medio ambiente, que sepa de su existencia y la utilidad que nos pueden brindar para luego poderlas localizar en el lugar apropiado y de manera eficiente enseñando al niño los conceptos de distancia tamaño y dirección.

Para lograr un movimiento independientes es necesario animar al niño a explorar el medio ambiente. Caminar, rodar, gatear, constituyen movimientos que le brindaran una sensación de bienestar y el primer eslabón dirigido a la independencia de sus movimientos.

La presencia de un guía vidente como ayuda para transportarse forma parte también de los planes de entrenamiento de orientación y movilidad.

Para un correcto desempeño del guía, este deberá conocer las Técnicas de Guía Vidente. Dichas Técnicas constituyen un conjunto de recomendaciones adaptadas a diferentes circunstancias de colaboración con la persona deficiente visual tanto para transportarse o indicarle la ubicación de los objetos, en el marco de la interacción social, relación y comunicación.

La amplitud de estas Técnicas van desde la posición del guía y de su brazo, la manera en que la persona deficiente visual debe tomarse del brazo del guía, como caminar en técnica guía, el paso por lugares estrechos o puertas, como subir o bajar escaleras y escalones o como indicar la ubicación de un objeto o un asiento.

Estas Técnicas presentan además un conjunto de variaciones con determinadas poblaciones: si la persona deficiente visual es más alta, si es más baja o si presenta problemas de equilibrio o es muy mayor. Incluyen además la utilización del perro guía con el adiestramiento apropiado para desempeñar tan noble labor.
Los programas de orientación y movilidad, incluyen también determinadas técnicas de protección individual o propia en lugares extraños no conocidos y también el desarrollo de habilidades en el uso del bastón como medio de ayuda para abrir camino o situar objetos que puedan obstruir su paso.

El sentido de la auto-percepción, es trasmitido a través de nuestros músculos y articulaciones, que nos indican si estamos parados derechos o encorvados, si nuestros dedos están cerrados o extendidos, etc. El sistema de la vista y el de auto-percepción, trabajan de manera conjunta. Los niños deficientes visuales generalmente necesitan ayuda para aprender donde están sus cuerpos en relación con los objetos de su medio ambiente.

El objetivo principal de los Programas de Entrenamiento en Orientación y Movilidad es ayudar a los niños y adultos deficientes visuales a alcanzar el mayor nivel posible de independencia en su movilidad y autonomía funcional.

Comentarios

  1. Excelente y completìsima entrada Pablo. Desconocía todo lo que nos contás. Gracias por compartir.

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